GERMINADOS I

El fenogreco puede consumirse, entero, machacado o germinado. Germinado resulta delicioso en las ensaladas, aportando su textura crujiente. También se puede cocer al vapor.

La harina de fenogreco se utiliza para la elaboración de distintos tipos de panes, como el llamado pan egipcio, así como para rebozar. El fenogreco en polvo se utiliza como una especia para aromatizar sopas, verduras y pepinillos.


Limpiar el frasco o envase donde se pondrá a germinar


Desinfectar con Alcohol


Agregar agua limpia, lavar la semilla y colocarla en el agua


Dejar en el agua por un tiempo de 12 horas



A las 12 horas lavar 3 veces y dejar en el envase tapado con una gasa o trapo delgado


Al siguiente día lavar 3 veces y dejar nuevamente tapada


Al tercer día lavar 3 veces y dejar el envase tapado



Al 4° día lavar 3 veces y dejar tapado



Perteneciente a la familia del trébol, es una planta ampliamente cultivada en Iran, India y China donde se utiliza como condimento por su peculiar aroma.

Sus semillas se aconsejan en caso de anorexia. De color intenso son ricas en proteínas (30%), lípidos y sapogeninas que estimulan el apetito. Regula las secreciones pancreáticas, especialmente la de insulina, y por eso está igualmente aconsejado en el tratamiento de la diabetes no insulino-dependiente (tipo 2). Su capacidad para aumentar la masa y volumen muscular hace que lo utilicen las personas que practican culturismo.

Es alto su contenido en vitaminas del complejo B, especialmente la colina, la cual aumenta su concentración en los brotes germinados.

En condiciones ideales puede germinar en tan sólo 48 horas. El brote de fenogreco se caracteriza por su olor, que es muy fuerte, pero al que debe su sabor penetrante. No es del agrado de todos los paladares, pese a que ese grano germinado mejora el sabor de muchas ensaladas, sopas y arroces. Debe consumirse cuando apenas comienza a brotar, ya que, de lo contrario, su sabor se vuelve tan amargo que es casi imposible comerlo.

Los germinados de fenogreco benefician al hígado, y ejercen un efecto estimulante de todas las funciones digestivas. También tienen fama por sus virtudes afrodisíacas.


Para germinar las semillas hay que colocarlas en remojo, piensen que en el resultado vamos a conseguir mucho más volumen, de alfalfa por ejemplo uso 1 cucharada de estas pequeñas semillitas. Es importante usar agua de buena calidad, preferiblemente sin cloro.


Necesitamos:
  • Semillas
  • tarro de vidrio de boca ancha
  • tela mosquitera (tul o gasa)
  • goma elástica para sujetar la tela a la boca del tarro.


El tiempo de remojo varia según la semilla:

Girasol   6-8 horas
Sésamo  6-8 horas
Trigo  8-10 horas
Centeno  8-10 horas
Trigo sarraceno  30 minutos
Mijo  8-10 horas
Quinoa  8-10 horas
Garbanzo  8-12 horas
Lenteja  8-12 horas
Poroto mung  8-12 horas
Alfalfa  6-8 horas
Fenogreco  8-12 horas
Mostaza  6 -8 horas
Brócoli  6-8 horas

Una vez remojadas, se coloca la tela mosquitera tapando la boca del tarro y se sujeta con la goma elástica. Se escurren las semillas y se lavan dos o tres veces, luego se inclina el tarro 45° boca abajo y se deja reposar sobre un escurridor de platos, por ejemplo, en un lugar cálido donde no incida la luz directamente.
Las semillas se enjuagan 1 o 2 veces por día en el invierno y en el verano se debe realizar un par de veces más. El lavado evita la formación de hongos y mohos, las semillas deben quedar húmedas pero nunca inundadas. Casi todas germinan en un periodo de 1 a 7 días.
Los germinados se pueden conservar en la heladera entre 7 y 14 días tras la maduración, el frío ralentiza su crecimiento.
Para que se coloreen con clorofila, se pueden dejar expuestos a la luz un par de horas o un día entero (los de la foto no tuvieron luz solar, al ponerlos a la luz el verde claro se vuelve oscuro).

También se pueden usar otros métodos para la germinación, como bolsas, cestas, coladores de plástico o aparatos fabricados especialmente para germinar.


Este grano, muy utilizado en Oriente Medio, tiene un sabor fuerte que permite realizar toda clase de platos. Los germinados de fenogreco benefician al hígado, y ejercen un efecto estimulante de todas las funciones digestivas. 

También tienen fama por sus virtudes afrodisíacas.

Y además, poseen una curiosa particularidad otorgan un agradable olor al sudor de las personas que lo consumen.

En los tiempos antiguos las bellas orientales, en lugar de perfumarse exteriormente, comían germinados de fenogreco para oler bien.



1. Remoje las semillas o granos en agua durante toda la noche. Las semillas más pequeñas necesitan menos tiempos para hidratarse que los granos. Unas pocas semillas pueden llenar un pomo completo de germinados. Por ejemplo dos o tres cucharadas de semillas de alfalfa (o cualquier otra semilla pequeña) pueden crecer hasta llenar un recipiente de un litro. Lo mismo ocurre con media taza de frijoles mungo, que luego de cinco días ocupan el mismo espacio. Una regla general que debemos conocer es que las semillas pequeñas ocupan menos espacio en el pomo antes de germinar pero se expanden más que los granos o frijoles aunque también necesitan de mayor cantidad de tiempo para lograrlo. O sea que las semillas necesitan más espacios para crecer en mayor cantidad de días que los frijoles.
2. Al segundo día, escurra toda el agua y enjuague bien las semillas varias veces. Deje escurrir toda el agua excedente durante 10 minutos o más colocando un colador en la boca del pomo e invirtiendo este. Un buen enjuague y el escurrido garantizan la buena salud de las germinaciones.
3. Las germinaciones necesitan agua; por lo que debe enjuagarlas dos o tres veces al día y dejarlas escurrir muy bien.
4. Deje crecer sus germinaciones en un lugar donde reciban luz indirecta así podrá actuar la clorofila en sus hojas. Nunca las ponga directamente a la luz del sol ya que esta es muy caliente para los brotes tiernos.
5. Las germinaciones necesitan aire; por eso es conveniente cubrir la boca del pomo con un pedazo de gasa o cualquier material que permita la ventilación e impida el paso de los insectos pequeños. Se recomienda fijar siempre la tela con una liga o algún tipo de banda elástica.
6. En resumen, para germinar granos el método a seguir es: hidratar durante la noche, enjuagar y escurrir bien tal como se ha indicado durante los días que tarde el crecimiento de los brotes y hacerlo varias veces al día de forma que se remuevan los granos del fondo del pomo. Recuerde que el exceso de agua malogra todo el trabajo.
7. Las germinaciones estarán listas después de dos y hasta cinco días en dependencia de la temperatura en que se desarrollen. Cuando se desee detener el proceso de crecimiento se podrán almacenar en el refrigerador y se podrán conservar allí durante varios días.
Equipamiento necesario:
1. Un frasco de boca ancha.
2. Gasa para cubrir la boca del frasco.
3. Una banda elástica (liga).
4. Tierra estéril (condicional)
5. Frijoles y semillas viables.

Nota:
También pueden utilizarse bandejas cubiertas o sacos de yute.
• Procedimiento sintético:
1. Lavar y seleccionar los granos.
2. Colocarlos en un frasco de vidrio de boca ancha.
3. Cubrir con agua del tiempo.
4. Dejar en remojo hasta que las semillas se hidraten. Este tiempo varía entre 4 y 12 horas en dependencia del tipo de grano que utilice.
5. Cubrir el pomo con la gasa y ajustar la liga a la boca del pomo.
6. Colocar el pomo tapado en un sitio donde reciban luz indirecta más bien oscuro.
7. Luego de hidratadas, eliminar el agua, enjuagar y dejar los granos escurridos dentro del pomo.
8. Cubrir la boca del pomo con la gasa.
9. Repetir esta operación dos o tres veces al día hasta que, al quinto día, generalmente, las germinaciones ocupen el espacio interior del recipiente.
10. Una vez que las plántulas alcancen una estatura apropiada los brotes estarán listos para consumir pero antes se deberán exponer por dos horas a la luz. Así se logra activar la clorofila que da el color verde característico de la nueva planta.
11. Antes de consumir se deberá lavar bien para eliminar los residuos de la piel de la semilla.
12. Conservados en frío, los brotes detienen el proceso de crecimiento y se pueden guardar durante varios días sin que se afecten su sabor y propiedades.

Preparación:
Los brotes se pueden comer crudos o pasados por agua bien caliente hasta que se marchiten un poco. Se pueden utilizar para preparar ensaladas, para acompañar sopas y arroces combinados, como relleno de pizzas, Chop Suey, guisados con diferentes tipos de salsas y en jugos batidos con diferentes frutas y vegetales como naranja, toronja, zanahoria etcétera.
El procedimiento para obtener los germinados es sencillo y económico. Lograr multiplicar el volumen de alimentos disponibles si se tiene en cuenta que a partir de una taza de frijoles se pueden obtener hasta 6 tazas de germinados. Otra peculiaridad se relaciona con los contenidos nutricionales ya que según estudios realizados 100 g de brotes reportan los beneficios de 200 kg de verduras frescas lo cual hace suponer que son una fuente concentrada e inestimable de alimentos sanos.
En nuestro país donde la salud y la alimentación constituyen tema cotidiano, la difusión de esta sencilla técnica constituirá sin dudas un aporte para enriquecer nuestra dieta y contribuir al mejoramiento de la calidad de la vida de las nuevas generaciones.
Para aumentar el contenido de minerales presentes en las germinaciones, existen autores que recomiendan agregar una cucharada de tierra previamente esterilizada durante el proceso de germinación. De esta forma los germinados se apoderan de los minerales presentes en la tierra y los incorporan a sus estructuras celulares haciéndolos más fácil de asimilar por nuestro organismo. Así que si prefiere enriquecer aún más sus germinaciones bastará con añadir una cucharada de tierra previamente esterilizada o sea, hervida y posteriormente colada y seca a la bandeja o pomo donde prepare sus germinados.


GERMINADOS II


Consumir al 5° día, bien lavado.
Se pueden consumir con yagourt o en la ensalada, con yogourt salado al estilo Iraní es excelente

Información Nutricional
• Aminoácidos esenciales. Los germinados, especialmente de legumbres, proporcionan al organismo proteínas completas que se transforman en los ocho aminoácidos esenciales. La falta de uno sólo de estos compuestos puede favorecer la aparición de alergias, debilidad, mala digestión, deficiencias en la inmunidad o envejecimiento prematuro de las células.
• Vitamina C. Una de las sustancias que más aumenta por efecto de la germinación. Los brotes de trigo, lentejas, soja, garbanzos y judías son excelentes fuentes de esta vitamina, por ejemplo la soja germinada incrementa su contenido en vitamina C hasta un 100% y los brotes de trigo en un 600% en sólo 5 días.
• Beta carotenos (pro-vitamina A). El germinado de alfalfa, por ejemplo, contiene más beta carotenos que el tomate o el pimiento verde y muchas frutas. Los germinados de col y de guisantes también son excelentes fuentes de esta vitamina esencial para el crecimiento, el desarrollo, la buena vista y el aparato reproductor.
• Vitamina B: La tiamina (B1), la riboflavina (B2) y la niacina (B3) son abundantes en los germinados de alfalfa, trigo, girasol, centeno y sésamo. Contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso.
• Vitamina E. Esta vitamina actúa como antioxidante celular, es un excelente protector del corazón y un buen tonificante. El trigo germinado llega a incrementar hasta tres veces su contenido
• Vitamina K. Posee propiedades coagulantes, se encuentra en la alfalfa germinada.
• Clorofila. Las semillas germinadas que más clorofila sintetizan son las de trigo y las de alfalfa. La clorofila es absorbida directamente por la sangre a través del sistema linfático, en el torrente sanguíneo activa el metabolismo celular, mejora la defensa, resistencia, capacidad regeneradora de las células, y la respiración, entre otras propiedades, potencia los procesos naturales de curación, depura la sangre, frena las infecciones y equilibra la relación ácido-base en el organismo
• Calcio. Los germinados de sésamo proporcionan abundante calcio, también son excelentes fuentes de este mineral los brotes de almendra, girasol, alfalfa y garbanzo.
• Potasio. Se encuentra en los brotes de almendras, sésamo, girasol, soja y judías.
• Hierro. Contienen en cantidades importantes los brotes de alfalfa, fenogreco, lentejas, soja roja y soja verde
• Oligoelementos. Los germinados contienen oligoelementos como el yodo, el zinc, el selenio, el silicio, el cromo y el cobalto.
• Enzimas. Cuando se comen crudas las enzimas de las semillas germinadas -llamadas diastasas- facilitan la digestión de la fibra, las proteínas y las grasas.
• Digestivos, nutritivos y de bajas calorías: Aportan muy pocas calorías, por ejemplo 100 grs. de brotes de soja: 30 calorías.
Información Nutricional de los Germinados más consumidos

Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado, aunque, los más apreciados por su ternura y buen sabor son los brotes de: legumbres (porotos mung, soja, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y también de berro, rábano, calabaza, girasol, lino, sésamo, etc. El sabor es variable, por ejemplo el de alfalfa es muy agradable, el de mostaza es el mas picante y el de trigo tiene sabor dulce por los carbohidratos que contiene
• Alfalfa: completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K , calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la fatiga y la debilidad.
• Arroz integral: es rico en vitamina B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a la adecuada conservación de huesos y dientes.
• Arvejas: proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y magnesio.
• Avena: la semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos, depresiones y alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra , minerales y un alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y nerviosas.
• Berro: muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo, manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.

• Garbanzos: son ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C. No producen gases durante la digestión
• Lentejas: retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, vitamina C y hierro.
• Maíz: alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular especialmente en el tracto intestinal.
• Mostaza: adecuado para tratar trastornos digestivos como gastritis, enteritis, etc. Rica en vitamina C, proteínas y lípidos.
• Porotos Mung: son ricos en vitaminas A, C, y complejo B.
• Semillas de calabaza: contienen proteínas, vitamina E, fósforo, hierro y zinc.
• Semillas de girasol: ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro, fósforo, potasio y magnesio.
• Rabanito: contiene abundante clorofila , útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la tos.
• Sésamo: buena fuente de fibra, proteínas, vitaminas B y E, magnesio, potasio, hierro, fósforo y calcio.
• Soja verde: contiene proteínas que dan lugar al aminoácido metionina, de efecto relajante. Fortalece el sistema nervioso y contribuye a rebajar el exceso de colesterol. Son ricas en vitaminas A, C, hierro y potasio.
• Trigo: es rico en proteínas, magnesio, fósforo y vitaminas B y E. Previene infecciones, remineraliza, regenera las células y sirve para tratar trastornos nerviosos.


• Fenogreco: limpiador sanguíneo y renal, se recomienda para levantar el ánimo decaído y para reforzar el organismo. Estimula las funciones digestivas y hepáticas. Otorga un agradable olor al sudor de quienes lo consumen. Contiene abundante fósforo y hierro.
Propiedades :
Los germinados ayudan a prevenir enfermedades o a tratarlas en el caso de que ya se hayan manifestado. Se destacan las siguientes propiedades:
• Favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de residuos almacenados en los tejidos o en la sangre.
• Fortalecen el sistema inmune.
• Antioxidantes, combaten la acción de los radicales libres.
• Estimulan las secreciones del páncreas.
• Facilitan la digestión, activan los procesos de regeneración y desinflamación del aparato digestivo, revitalizan los mecanismos metabólicos internos.
• Mejoran el funcionamiento intestinal, alivian el estreñimiento, fortalecen el intestino y la flora intestinal, contribuyen a eliminar gases y desechos.
• Rebajan el índice de colesterol.
• Tonifican el sistema nervioso.
• Contribuyen a mantener la elasticidad de las arterias y la vitalidad del sistema glandular.
• Retrasan el envejecimiento, sus componentes permiten que las células del cuerpo se mantengan jóvenes durante más tiempo.
• Favorecen el metabolismo por su acción reconstituyente.
• Su consumo está recomendado en casos de anemia por su riqueza en clorofila, y para personas con el estómago delicado